Obra

El Maestro Swami Shivapremananda, guiado por su vocación espiritual, ingresó al Ashram de Swami Sivananda en Rishikesh, su India natal, donde participó en diversos servicios sociales de ayuda a sus semejantes. Llegado al Cono Sur, en el año 1962, continuó con esta vocación solidaria y fue guía espiritual, rector y presidente de tres centros de Yoga-Vedanta, en la Argentina, Uruguay y Chile, organizados con personería jurídica y sin fines de lucro, donde las actividades del Maestro, el trabajo de instructores, secretarios y otros colaboradores se realizaba en forma honoraria y altruista. Los ingresos se utilizaban para imprimir y difundir las enseñanzas del Maestro – cuyo objetivo primordial era promover la comprensión de los valores espirituales-, para el mantenimiento y mejora de las instalaciones y contribuir con instituciones de bien público. En el caso del Centro de Buenos Aires, Argentina, a través de la Fundación que llevaba su nombre, el Maestro eligió como beneficiaria a la Cooperadora del Hospital de Niños “Dr. Ricardo Gutiérrez”. Lo hizo durante décadas con dos importantes donaciones anuales y, por su expresa voluntad, como figura en los Estatutos, para que luego de su fallecimiento y posterior disolución de la Fundación, el patrimonio pase a manos de la Cooperadora de dicho Hospital.
A continuación, una reseña de las obras ya realizadas y los proyectos futuros en el hospital.

El Maestro Swami Shivapremananda ha sido el donante más importante, comprometido y generoso que la Cooperadora del Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez haya tenido en toda su historia. Su solidaridad y su vocación de servicio así como su interés por el bienestar del prójimo han sido —sin duda— un ejemplo para toda la comunidad.
El Hospital de Niños no sería lo que hoy es si el Maestro no nos hubiera elegido como sus beneficiarios. Si el no hubiera posado sus ojos en nuestros pacientes, en las instalaciones, si no hubiera mirado con tanta ternura y cariño sus muros, e imaginado a los niños recuperándose, la historia habría sido distinta.
El recuerdo de Swamiji se mantiene vivo en el Hospital de Niños en las grandes obras realizadas gracias a sus incansables aportes. Entre ellas la Remodelación del Servicio de Diagnóstico por Imágenes, que lleva su nombre, la Construcción de la Nueva Sala de Cirugía Plástica y de Mediana Complejidad, la Remodelación de los Servicios de Ortopedia y Traumatología.

La solidaridad del Maestro también se vio plasmada en otros proyectos dentro del Hospital. Es así que, gracias a sus aportes, se adquirió equipamiento de alta tecnología, por ejemplo una torre de laparoscopía para el Quirófano Central que permite llevar a cabo cirugías no invasivas y ambulatorias en lugar de largas intervenciones e internaciones. También un equipo de Termomecánica que filtra y purifica el aire que respiran los pacientes inmunosuprimidos, internados en la Unidad 10 de enfermedades infecciosas.

Y esto no es todo: al día de hoy, la generosidad del Maestro también alcanza a las familias sin recursos que se atienden en el Hospital, por medio de la ayuda social que se les brinda, con el pago de viáticos y de alojamiento. La magnanimidad del Maestro generó en nuestro Hospital el deseo de que trascienda en otra área como es la capacitación y formación de nuestros profesionales. Es por ello que —junto con la Dirección del Hospital— estamos analizando la posibilidad de crear una “Beca Swami Shivaprem” para el perfeccionamiento del equipo de salud.

Así es que la vocación de ayudar al Hospital del Maestro hace que nos atrevamos a soñar con la posibilidad de remodelar un Pabellón completo de salas de internación, una vez aprobada la disolución de la Fundación Swami Shivapremananda que, a la fecha, se encuentra en proceso.

En reconocimiento y profundo agradecimiento a toda la obra del Maestro para con nosotros, nos encontramos en vías de concretar un homenaje que perdure en el tiempo y que posibilite recordarlo, experimentando su cercanía. Ello a través de una obra de arte que lo represente cabalmente y que sería emplazada en la Plaza Central del Hospital.

Guiados por este propósito y recordando su definición del Yoga (“Unión. Unión del ser humano con su medio ambiente, con sus semejantes; unión con sus ideales espirituales; unión de la mente individual con la conciencia social; unión con una visión universal”), es que pensamos en esta plaza, eje central del Hospital, espacio verde lleno de alegría, visitado por los niños que transitan diariamente nuestro querido Hospital de Niños.